miércoles, 16 de julio de 2014

SHAILENE WOODLEY: "LA VIDA VA A TODA VELOCIDAD, NADA ESTÁ GARANTIZADO".

¿Qué fue lo que te enseñó como persona rodar 'Bajo la misma estrella'? 

Que la vida marcha a toda velocidad y que nada está garantizado, por lo que hay que despertarse cada mañana y aprovechar el día al máximo, ya que nadie sabe cuantos minutos le quedan ni cuantas veces va a poder respirar antes de tener que marcharse de este mundo. En la preparación de mi papel hablé con muchos enfermos de cáncer, algunos muy jóvenes, algunos en sus veintes, pero el caso que más me impactó fue el de una mujer de más de 40 que sufría de una enfermedad diferente, y a la que conocí una semana después de que pudiera respirar sin un tanque de oxígeno por primera vez desde que nació. Nada te enseña mejor que la vida no es justa que conocer a alguien de tu propia edad cuya realidad no podría ser mas diferente de la tuya. Ese tipo de cosas no sólo te sirve para apreciar desde un ángulo muy diferente tus propias circunstancias, sino incluso la existencia del aire y la dicha de estar vivo y sano. En ese sentido yo creo que esta película es muy especial porque no victimiza a los enfermos de cáncer, sino que celebra a la vida, y eso es algo que siempre llevaré conmigo. No terminé de rodarla terriblemente deprimida, aunque es una historia muy triste, porque te enseña a celebrar nuestra existencia de una forma que nunca había hecho antes.

¿De qué manera decidiste cómo iba a respirar tu personaje en esta película?

Fue un tema interesante, que hablamos mucho con Josh, el director. Es que si yo hubiese tenido que respirar como Hazel debería haberlo hecho tal como se cuenta en la novela, nos habría quedado una película larguísima, porque se nos hubiera ido todo el tiempo en mostrar como respira. Por lo tanto tuvimos que encontrar un equilibrio entre algo que resultara entretenido para ver y que a la vez le hiciese justicia a su situación. Como te explicaba, conocí a varias personas que tienen que respirar con oxígeno y ellos me explicaron como lo llevan. Yo tuve ese aparato puesto durante casi dos meses. Lo más molesto no fue tener ese tubo plástico en la nariz que es tan incómodo, sino que solo tienes una mano para desenvolverte, porque la otra siempre está ocupada en maniobrar el tanque. Pero insisto, eso me sirvió para recordarme que debo estar agradecida por poder respirar normalmente, por el aire, y todo aquello que no valoramos en nuestra vida cotidiana.


En 'Los descendientes' interpretaste a una adolescente muy malcriada. La que interpretas en este filme es muy madura e inteligente. ¿Cual de las dos crees que representa mejor a los adolescentes de hoy en día? 

 Ninguna de las dos. No sirve tratar de ponerle etiquetas a las cosas, particularmente a los personajes, ya que creo que todos somos muy complejos por naturaleza. Si alguien aparenta ser odioso a primera vista, eso viene de algún lado. No sabemos que es lo que ocurre cuando las puertas estan cerradas y de qué clase de familia proviene esa persona. Para mi, una de las cosas que mas disfruto de ser actriz es que puedo explorar las complejidades mas profundas de diferentes seres humanos, porque muchas veces la apariencia física no se corresponde con la forma de pensar. Cada adolescente es diferente, lo mismo que cada adulto. Aún así, suelen ser mucho mas inteligentes que como les suelen describir en la prensa. Una de las cosas que más me gustan de esta película es que mucha gente dice que John Green le da una voz real a los adolescentes, pero yo creo que no es así. Yo creo que escucha la voz real de los adolescentes, pero es capaz de internalizarla y luego puede escribir sobre ellos con un claro punto de vista, porque no los está inventando. Creo que Hazel es tan real como Alexandra, por razones completamente diferentes, pero lo que este filme logra es capturar la integridad de los adolescentes, esa época hermosa y vulnerable en que uno tiene una mirada inocente sobre la vida, en que crees en ti mismo en una forma en que ya no lo haces cuando eres adulto, pero en la que también eres menos seguro de ti mismo que cuando ya has cumplido cierta edad. Ser adolescente es algo muy especial y además es una época que no valoramos mientras no la vivimos. Cuando eres adolescente quieres tener más edad, y en cuanto pasas esa etapa la empiezas a añorar. En ese sentido, estoy muy orgullosa de haberle dado vida a un personaje que es real en su desorden y también en la belleza de esos años tan especiales.

¿En qué te guías para aceptar un proyecto?

En el guion, y caso por caso. Simplemente respondo frente a cada libreto. Cuando lo leo, siento mariposas en el estómago o no las siento. Pero siempre prefiero los proyectos independientes. Cuando me ofrecieron Divergente estuve a punto no querer hacerlo, porque no sabía si me interesaba involucrarme en una película tan ambiciosa. Fue mi madre la que me hizo recapitular, preguntándome si yo le iba a decir que no a un proyecto simplemente porque su presupuesto era muy grande. Ella me dijo que nunca le había dicho que no a un filme independiente porque tuviese poco presupuesto. Y así fue que la acepté. Para mi el cine es arte, y lo que cuenta es el guion, el director y la historia que vamos a contar.

Sospecho que tu madre tiene mucho peso en la toma de decisiones...

Es así. Comencé a actuar cuando tenía 5 años porque eso era lo que quería hacer. Tuve la suerte de contar con padres que me apoyaron y fue mi madre la que me llevó a todas las audiciones hasta que obtuve mi licencia de conducir. Durante 13 años me llevó a todas partes, por lo que se conoce a la industria como la palma de su mano y lo mismo vale para los platós. Pero además me conoce a mi como la palma de su mano, por lo que es la persona perfecta para hablar sobre proyectos y por donde debe marchar mi carrera.

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